MEN IN BLACK. - Hace algo más de 24 horas que SpaceX ha escrito su nombre con letras de oro en la historia de la conquista espacial. La compañía liderada por Elon Musk logró aterrizar la primera etapa de un Falcon 9 en Cabo Cañaveral después de haber lanzado y colocado en órbita once microsatélites de la compañía ORBCOMM.
Pocos minutos después del aterrizaje, Jeff Bezos se apresuró a tuitear una felicitación con un dardo envenenado. "Bienvenido al club", aseguró el fundador de Amazon y responsable de Blue Origin, su propia compañía de exploración espacial. Esa idea, que Bezos hubiera logrado la hazaña antes que SpaceX, está muy cogida con pinzas.
Para llegar al espacio es necesario llegar a Mach 3. Para una órbita geoestacionaria se tiene que lograr Mach 30
Sí, el New Shepard se posó sobre tierra después de haber salido al espacio. Y lo hizo a la primera, o eso es lo que se ha hecho público ya que Blue Origin no retransmitió el lanzamiento y sólo publicitó el logro después de que se hubiera producido.
Para buscar un simil entre ambas maniobras basta con viajar a los primeros años de la carrera espacial, cuando la Unión Soviética cubría con un manto de misterio sus lanzamientos mientras Estados Unidos se arriesgaba al fracaso al retransmitir en directo todos sus movimientos.
Pero si hay un hecho que pone de manifiesto la magnitud del logro de SpaceX es la misión que ha llevado a cabo y el tipo de lanzamiento realizado.
El vuelo del New Shepard fue suborbital —escapó de la atmósfera sin la velocidad suficiente para colocarse en órbita por lo que volvió a la superficie terrestre unos pocos minutos después— mientras que la compañía de Musk llevó a cabo la maniobra después de colocar en órbita una constelación de once satélites de ORBCOMM y emprender el camino de vuelta hacia la zona designada para el aterrizaje en Cabo Cañaveral.
"Para llegar al espacio es necesario llegar a Mach 3. Para una órbita geoestacionaria se tiene que lograr Mach 30", explicó Musk en Twitter el pasado mes de noviembre.
Pero donde Musk pone al acento al hablar del aterrizaje de una primera etapa es en el ahorro de costes que supondrá para la industria espacial. El millonario acostumbra a comparar cohetes y aviones. Los costes se reducirán una vez que se puedan utilizar una y otra vez en diferentes misiones hasta tal punto que la democratización del acceso al espacio habrá dado su primer gran paso.
Hasta 45 millones de ahorro
Hasta el momento, Musk ha dejado caer en alguna ocasión que la primera etapa de un cohete supone un 75% del coste total del vehículo. En la actualidad, se considera que un Falcon 9 cuesta alrededor de unos 60 millones de dólares por lo que hacer una primera etapa reutilizable significaría que, por el coste de un lanzamiento, se podrían enviar hasta cuatro misiones diferentes al espacio.
Gwynne Shotwell, de SpaceX, aseguró que, de poder reutilizar tanto la primera como la segunda etapa de un cohete, el coste de un lanzamiento sería ínfimo. "Todo lo que habría que pagar serían los preparativos. Básicamente, se trata del combustible, que cuesta entre un millón y un millón y medio de dólares", explicaba en el reciente South Summit celebrado en Madrid.
SpaceX ha puesto sobre la mesa el debate de la reusabilidad aunque no todos los actores están de acuerdo en los métodos para llevarla a cabo.
Tory Bruno, CEO de la United Launch Alliance (ULA), un consorcio de Boeing y Lockheed Martin que fabrica el Altas V, el Delta II, el Delta IV y el Delta IV Heavy, propone una solución diferente: "Nuestro concepto de reutilización no pasa por recuperar etapas enteras pero sí algunos componentes que son caros, no muy complicados de obtener de vuelta y que se pueden volver a usar un buen número de veces. Quizá ésa es la aproximación más correcta".
El plan de reutilización de Bruno pasa por añadir escudos térmicos a la primera etapa y recogerla en pleno vuelo para devolverla a la fábrica y prepararla para un nuevo lanzamiento: "Con esta maniobra nos ahorraremos el 90% del coste de un lanzamiento".
Bruno es el gran competidor en la actualidad de SpaceX hasta que Blue Origin demuestre que puede competir a nivel comercial con ambas firmas pero quita hierro a la idea de Musk:
"Los estudios internos de la ULA indican que un cohete reutilizado debe volar unas quince veces para ser más atractivo, desde un punto de vista económico, que uno de usar y tirar".
Musk, Bruno y Bezos andan a la gresca en un debate que acaba de echar a andar. El aterrizaje del Falcon 9 es un hecho noticioso que en unos meses dejará de serlo, lo que supondrá un gran paso en la conquista del espacio por parte del sector privado.
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