CHICHIMILÁ.— Algunas personas de esta comunidad, sobre todo niños, vecinos de la calle 30 con 23-A, creen que podrían regresar los “duendes” que el mes pasado aparecieron sobre una albarrada en esa confluencia.
Incluso algunos piensan que saldrían de unos huecos que tienen dos ceibos que están cerca de la casa donde aparecieron esa vez.
Ante la curiosidad que causaron entre la gente, policías municipales que acudieron al sitio y, con cierto temor, usaron una pequeña madera para tocarlos a ver si se movían.
Se averiguó que un sujeto llamado Orlando Tuz los habría llevado a tirar en una bolsa, pero luego alguien los sacó y los paró en la albarrada, causando alarma entre los vecinos. Esa vez alguien dijo que el 26 de agosto aparecerían más.
Durante una visita realizada al lugar donde aparecieron, los adultos, en su mayoría mujeres, se negaron a dar sus nombres, pero dijeron que no creen en la existencia de los duendes.
Dicen que ellas no lograron verlos y aseguran que algún chistoso quiso asustar a la gente y por tanto no creen que se volverán a aparecer.
Sin embargo, niños que vieron los muñecos dicen que sí tienen miedo.
El menor Abraham Ezequiel Puc Ciau explica que, incluso, entre sus amiguos menores circula el rumor de que saldrían de dos huecos que tienen los troncos de grandes ceibas.
“Mi casa está frente a los dos ceibos, por eso voy siempre al lugar para saber si se aparecen o no, pero hasta hoy no aparece nada”, comenta.
La casa donde se encontraron los muñecos está abandonada. En los alrededores hay otras cinco casas abandonadas y la gente no quiere hablar de eso, sólo ríen y dicen: “No hay nada de duendes”.— Juan A. Osorio O.
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