Para explicarlo mejor cita textualmente en su conocido libro que:
“ Mientras que las quimeras pueden aparecer en distintos tamaños y formas, dentro de un rango que va desde gigantes de 6 metros a pequeños seres de tan solo 20 centímetros de estatura, el espécimen más fascinante es uno que ha aparecido en casi todos los países del mundo.
En otras épocas fue considerado como el diablo encarnado. Iba vestido de negro y montaba un caballo del mismo color.
Mas adelante, comenzó a aparecer en carruajes negros, e incluso en carrozas fúnebres. Hoy en día desciende de platos voladores en granjas alejadas.
Tiene una contextura física idéntica a la nuestra, mide entre un metro cincuenta y cinco, y un metro ochenta de alto; tiene un aspecto muy humano, aunque tiene pómulos altos, dedos inusualmente largos y una fisonomía levemente oriental.
Su piel es olivácea o rojiza. Habla todos los idiomas, a veces mecánicamente como si estuviera recitando un discurso memorizado, otras fluidamente. Tiene problemas respiratorios, y a menudo suspira y jadea entre las palabras.
Al igual que los dinosaurios y los bípedos peludos, suele dejar algunas huellas a su paso… huellas que se detienen súbitamente, como si se hubiera desvanecido en el aire.
He estado persiguiendo a estas criaturas por más de veinticinco años y he viajado desde el Tibet, tierra del Abominable Hombre de las Nieves, hasta Virginia Oeste, hogar del extraño “Pájaro” desconocido.
Durante el transcurso de estas aventuras y actividades frenéticas me vi obligado a
descartar de plano la popular hipótesis extraterrestre.
Mis largas y costosas excursiones a ese confín donde convergen lo real y lo irreal no han tenido éxito en cosechar evidencia de cualquier clase que pueda apoyar la idea de que estemos siendo visitados por forasteros de otra galaxia.
En cambio, me he dado cuenta de que hemos estado observando fuerzas complejas que siempre han sido una parte esencial de nuestro medioambiente inmediato.
En vez de pensar en términos extraterrestres, he adoptado el concepto de ultraterrestres - seres y fuerzas que coexisten con nosotros pero que se encuentran en otro marco temporal; es decir, que operan más allá de los límites de nuestro continuum espacio-temporal, pero tienen la capacidad de cruzar hacia nuestra realidad.
Sin embargo, ese otro mundo no es un lugar (en el sentido en que lo son Marte o Andrómeda), si no un estado de la energía.
El fenómeno OVNI solamente es un fragmento trivial de un fenómeno mucho más grande.
Puede ser dividido en dos partes fundamentales. La primera y más importante, está constituida por las misteriosas luces aéreas que parecen tener inteligencia propia. Han sido observadas a lo largo de toda la historia.
A menudo proyectan a tierra un poderoso rayo examinador. Las personas que han sido alcanzadas por esos rayos sufren cambios drásticos de personalidad.
Sus coeficientes intelectuales se incrementan, cambian de trabajo, se divorcian y, en un gran número de ejemplos bien documentados, se elevan por sobre sus mediocres vidas previas y se convierten en excelentes estadistas, científicos, poetas y escritores, e incluso militares.
Según las diferentes tradiciones religiosas, ser alcanzado por uno de esos rayos luminosos provoca una “iluminación mística”.
Cuando Saúl, un tendero judío, fue abatido por uno de esos haces en el camino a Damasco quedó ciego durante tres días, se convirtió al cristianismo y se transformó en San Pablo.
La segunda parte del fenómeno consiste en la cubierta o camuflaje de la primera, las “luces nocturnas zigzagueantes” como han sido etiquetadas por la fuerza aérea.
Si estas luces hubieran aparecido en ciclos, año tras año, y siglo tras siglo sin ser acompañadas por algún tipo de manifestación explicatoria, hubieran provocado mucho más miedo y preocupación.
Pero las manifestaciones explicatorias siempre las han escoltado, y siempre se han ajustado a la psicología y a las creencias de cada período de tiempo particular.
Los platos voladores/seres extraterrestres no son reales en el sentido en que es real un 747.
Son alteraciones energéticas controladas por alguna inteligencia extradimensional desconocida.
Dicha inteligencia controla eventos importantes manipulando a seres humanos específicos a través del fenómeno de la iluminación mística.
Nuestras religiones están basadas sobre la intuición de la existencia de esa presencia y en nuestra lucha por reducirla a términos humanamente aceptables”- Concluye.
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