MEN IN BLACK.-
El siguiente testimonio es ficticio, al menos así nos lo dijeron, porque si tu crees fue realidad entonces no, porque podemos meternos en problemas con los militares del Pentágono. 

AQUÍ LA HISTORIA

Era una noche tranquila en la base de Afganisthan. Estaba en mi turno de vigilancia, cuando de repente lo vi... lo que parecía una medusa gigante flotando en el aire. 

No estaba preparado para lo que sucedió después. 

Esa cosa, esa entidad, se movía lentamente a unos metros de mi posición. No hacía ruido, pero irradiaba una luz cambiante, azul y verde, como si su piel estuviera viva. Nunca había visto algo así. 

Era como si estuviera escaneándonos.

Mis piernas temblaban, pero no podía apartar la mirada. Me sentía observado, como si me estuviera estudiando. No era un avión, ni un dron... era algo totalmente diferente. 

La cosa se desplazaba flotando, a unos metros sobre la tierra, y su forma ondulaba con gracia, pero con una presencia que hacía que el aire se sintiera más denso. Estábamos en silencio, todos los que lo veíamos, sabíamos que eso no era algo humano.

Estuvo ahí lo que parecieron minutos, aunque no sabría decir cuánto tiempo en realidad. Luego, sin previo aviso, comenzó a elevarse en el aire y desapareció en el horizonte. Hasta ahora, no sé lo que vi, pero sé que no pertenece a este mundo.

Lo vi flotando a solo metros de mí, distorsionando todo a su alrededor. El "Alien Jellyfish" era una masa brillante, sus tentáculos ondulaban suavemente, como si fuera una medusa suspendida en el aire, pero lo más inquietante era la energía que desprendía. 

Todo lo que estaba cerca de él se volvía borroso, como si su presencia alterara la realidad misma.

Dentro, pude ver una figura más aterradora: un alienígena gris. Me miró fijamente, con ojos enormes y oscuros, como si pudiera leer mi mente. 

No sé cuánto tiempo pasó, pero la sensación de estar siendo observado me paralizó. 

Era como si la criatura estuviera protegida por esa distorsión energética que hacía vibrar el aire, y mi corazón latía más fuerte con cada segundo que permanecía allí, flotando en silencio.

El alien gris, dentro de la "nave medusa", era de unos 1.50 metros, con una piel lisa y grisácea, y sus ojos eran grandes y negros, profundos como el vacío. 

No vestía nada ostentoso, solo un traje ajustado de color plateado, con pequeños emblemas que parecían runas o símbolos extraterrestres en el pecho. 

Sus manos, largas y delgadas, descansaban sobre lo que parecía un panel de control en la parte frontal de la nave.

 La nave en sí era hipnótica: la estructura externa parecía líquida, aunque sólida al mismo tiempo. 

Emitía destellos de colores que iban desde el azul eléctrico hasta un verde intenso, y había un brillo pulsante, como si estuviera viva. No hacía ningún ruido, solo un leve zumbido, casi imperceptible, pero la energía que emanaba distorsionaba todo alrededor, como si la gravedad misma estuviera alterada.

El aire vibraba, y cualquier objeto cerca parecía desintegrarse visualmente, volviéndose borroso o fragmentado en patrones impredecibles.

Vi cómo la nave medusa comenzó a moverse lentamente hacia el cielo. El alien gris seguía dentro, con la mirada fija en mí, sin expresar emoción alguna. 

La energía que distorsionaba el entorno comenzó a intensificarse mientras la nave ascendía en silencio, y todo a su alrededor se volvió borroso, casi surrealista. 

Intenté sacar mi cámara para grabar, pero la distorsión afectaba incluso al dispositivo. 

Apenas logré capturar unos segundos de imágenes vibrantes y distorsionadas antes de que la nave desapareciera en la oscuridad. Fue como si nunca hubiera estado allí.