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MEN IN BLACK .- ¿Se ha fijado que cada cierto tiempo aparece un misterioso caso de ovnis o de supuestos aliens en la prensa nacional? ¿Y si le contamos que existe una persona en Chile que se ha dado el trabajo, desde que era un niño, de recortar tales noticias de los periódicos, guardarlas en carpetas de distintos colores para, ya siendo un adulto, convertir tales documentos en un libro?

Eso es lo que justamente lo que ha llevado a cabo un ingeniero medioambiental chileno-alemán llamado Sebastian von Kleist, quien desde Europa recientemente publicó un libro denominado: “Encuentros con extraterrestres en Chile: 1927-2017”, el cual promete ser una obra que dará mucho que hablar y que probablemente se convierta en una guía fundamental para cualquier aficionado al tema ufológico.

Von Kleist (casado, con 3 hijos) nacido en 1971 en Worms (Alemania), reveló a Guioteca algunos detalles de cómo se fue interiorizando en los distintos casos de avistamientos de ovnis y de supuestos aliens y de cómo los transformó en un libro que reúne no solo archivos de prensa, sino que además entrevistas con personas que dicen haber contemplado eventos únicos e inexplicables, quienes no solo le entregaron su testimonio, sino que también imágenes exclusivas.

Desde Alemania, donde actualmente está trabajando, respondió preguntas relativas a su libro y también a la actualidad de la ufología nacional.

-¿Por qué decidió investigar y publicar un libro sobre distintos avistamientos de ovnis y presuntos seres extraterrestres en Chile?

-Fue un proceso raro. Se dio solo, en realidad. Desde niño colecciono recortes de diarios y revistas sobre casos de ovnis. 

Los guardaba en carpetas de colores: azul para los humanoides, rojo para los avistamientos de ovnis sin humanoides. 

En una amarilla guardaba los casos que no clasificaban en las otras (monstruo del lago Ness, cosas así). Pero siempre me llamaron más la atención los humanoides. 

En mi casa había diarios y revistas, además mi papá siempre impulsó mi interés por los “discos voladores”. Yo creo que a él también le interesaban, pero le daba vergüenza reconocerlo. 

Y bueno, acumulé mucho material y con los años empecé a meterlo todo en un archivo en Word, con las fechas y todo eso. No me di ni cuenta cuando tenía como cien casos y pensé que sería bueno darle orden a ese trabajo, darle forma de libro y compartirlo con posibles interesados. Eso significó que debía bucear en revistas de ovnis y buscar en internet. Fue bastante trabajo.

-¿Qué casos le han llamado la atención más que otros?

-Los de humanoides. Me parece curioso que tanta gente diga ver seres del espacio. Los primeros que me llamaron fuertemente la atención fueron unos que se vieron en Coquimbo y La Serena en 1978

Yo tenía 7 años, en el diario La Segunda aparecieron muchas noticias sobre esa oleada donde un pescador vio un ser salir de una nave, un joven apareció en shock en la carretera tras ver unos supuestos ET y otros casos parecidos. A mí me daba mucho miedo pensar qué tan cerca de casa podía haber extraterrestres. Yo creo que eso marcó de verdad mi interés por los ovnis y sus supuestos tripulantes.

-¿Qué puede encontrar un aficionado al tema alien en su libro?

-Cerca de 250 casos de encuentros con extraterrestres ocurridos en Chile. Es una cantidad impactante. Historias curiosas, interesantes y llamativas que cuenta gente común y corriente que dice haber visto, conversado e incluso viajado a otros planetas con estos visitantes. 

También hay varias fotografías, dibujos realizados por los testigos que estaban inéditos hasta ahora. Testimonios también inéditos de testigos. Y, por cierto, entre tantos casos, hay muchas historias que viajan entre lo divertido y lo desopilante, como el joven que creyó fotografiar a un ET y en realidad había fotografiado una señal de tránsito, los marcianos que en 1975 les pidieron verduras a unos abuelitos en Peumo, los extraterrestres que usaban calcetines blancos en 1956, el que pidió agua cerca de Arica en 1964, los que le arreglaron la vista a un borrachito en Valparaíso en 1968…   

-¿Contiene imágenes? Si es así: ¿son exclusivas o provienen de la misma prensa?

-Sí, contiene imágenes. La contraportada del libro tiene una selección de varias fotos y dibujos, actuales y antiguos. Hay imágenes exclusivas (como dibujos realizados por testigos ante investigadores y nunca antes publicados), imágenes tomadas de prensa, imágenes difíciles de encontrar…

-En nuestro país el caso más emblemático de un presunto encuentro cercano del tercer tipo es lo que le pasó al Cabo Valdés en los años 70… Según lo que ha podido recabar: ¿Lo que le pasó es real o lo inventó?

-El caso Valdés aparece mencionado tangencialmente en el libro, porque en la versión original Valdés no dijo nunca haber visto humanoides, algo que sí hizo el conscripto Raúl Salinas años más tarde.

 A propósito de Salinas, que aseguró haber visto un ser mitad humano y mitad lagarto ahí mismo en la pampa Lluscuma, mientras los demás medio dormitaban tras haber visto las luces, pude entrar al caso Valdés.

 Yo no tengo duda alguna de que en Putre pasó algo que Valdés y sus soldados consideran real. No creo que ellos hayan inventado lo que contaron. He oído la grabación que hizo el artesano y ufólogo Pedro Araneda cuando los entrevistó, poco después del avistamiento, y ahí hay evidente terror. 

Sobre el caso Valdés hay un libro extraordinario que se llama “La noche de los centinelas”, del periodista chileno Patricio Abusleme. Ese libro es la “biblia” del caso Valdés.

-A su juicio, ¿por qué el Cabo Valdés adoptó una postura de negación sobre lo que le había sucedido? ¿Hay algo más que la adopción de una religión?

-Yo creo que hay que separar aguas: el caso Valdés es real en el sentido de que ellos vieron algo. La pregunta ahora es qué vieron. Y para desentrañar ese misterio hay que tomar en cuenta muchas variables: que ellos llevaban 24 horas sin dormir, que habían bebido alcohol durante la guardia, que en esos años había un conflicto latente con Perú y Bolivia, etcétera. 

Yo creo que a Valdés lo superó su propia historia. El acoso de la prensa y los aficionados a los ovnis posiblemente lo cansaron y su negación es una manera de defenderse de algo que, sin duda alguna, trastocó su vida para siempre. 

Es gracioso que él, por ejemplo, se haya retirado como suboficial mayor y todavía todos los conozcamos como el “cabo”. Eso habla mucho de cómo su historia marcó, para siempre, su vida. Más allá de su religión, que entiendo él ya profesaba cuando vio el ovni, creo que Valdés lucha contra las consecuencias y la magnitud que adquirió su testimonio.

-Durante el terremoto y maremoto del 2010 en Chile se habló de la presencia de ovnis y extraterrestres en la zona de la catástrofe. ¿Qué sabe de eso?

-De los 5 casos que catalogué del año 2010, tres se relacionan con el terremoto del 27 de febrero. Uno ocurrió en Angol pocos minutos después del sismo, cuando una familia vio unas extrañas figuras moviéndose a gran velocidad. 

Otro en Cobquecura, pocas horas después del terremoto, donde una mujer vio destellos luminosos saliendo del mar y luego a unos seres de gran estatura, de 2 o 2,5 metros, caminando en la playa con dirección al mar. 

El otro ocurrió cerca de Iquique (los pasajeros de un bus vieron un ovni y un humanoide de tres metros de alto), y la prensa lo vinculó al terremoto, aunque en Iquique no hubo terremoto en esa fecha. En Iquique sí hubo un terremoto 8,2 el 1 de abril de 2014. Ese día, varios testigos denunciaron la presencia de seres de gran estatura corriendo por las calles.

-Qué opina sobre el Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos (CEFAA) y otros organismos dedicados a investigar avistamientos de ovnis en Chile?

-Tuve un solo contacto con el CEFAA a través de un amigo, y fueron sumamente amables. Me entregaron rápidamente la información que les pedí sobre el caso de los “paracaidistas” de Maipú. 

Aunque tengo diferencias con las conclusiones que ellos alcanzaron sobre el caso, creo que este tipo de organismos, que analizan el fenómeno desde la perspectiva de los riesgos que podrían implicar para la seguridad aeronáutica, son muy necesarios.

-¿Qué nos puede revelar sobre el presunto extraterrestre de Atacama del cual se hizo un documental (“Sirius”)?

-En el libro ese caso se analiza con especial meticulosidad, porque el hallazgo está lleno de pequeñas anécdotas que lo hacen muy sabroso. Como la forma en que fue encontrado, por un huaquero, o los valores que cobraba su primer dueño, un empresario iquiqueño, a quien quisiera verlo. 

Cuánto pagó un grupo ufológico español para llevarse el cuerpo y sacarlo de manera ilegal del país y a quiénes recurrieron en Barcelona para hacer los análisis (contactaron a una parapsicóloga y a la hija de Erich von Däniken, Cornelia, por ejemplo). 

Y sobre el caso mismo: un estudio de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, determinó que se trataba de un feto humano de 15 semanas de gestación. Lo que debería averiguarse ahora es cómo lo sacaron del país, pues siendo un resto arqueológico está protegido por la Ley de Monumentos Nacionales y nunca debió salir de Chile. 

Acá quizás valga la pena hacer una pequeña reflexión: este caso es interesante porque muestra cómo algunos ufólogos buscan torcer la realidad para llevar agua a su molino. Yo creo que la ufología está llena de casos sumamente interesantes y enigmáticos, por lo que no vale la pena seguir estrujando casos que ya fueron explicados.  

-¿Hay algún caso espectacular que muy poca gente conozca y que usted lo menciona en su libro?

-Hay varios, pero a mí me gusta mucho este: en 1976, un conocido juez de la Corte Suprema que prefiere quedar en el anonimato y el arquitecto Óscar Navarro estaban caminando por unos cerros del sector oriente de Santiago cuando vieron, en la cima de una colina, una nave con un ser peludo similar a un gorila de pie junto a ella. 

Intentaron llamarlo, gritaron y se acercaron tanto como pudieron para ver mejor la escena. Pero entonces el ser se subió a la nave por una escalera metálica y el aparato despegó “como un helicóptero”. Ese caso ha sido muy poco divulgado y tiene elementos que lo hacen sumamente interesante.

-¿Los chilenos estamos más proclives a creer en ovnis y aliens que en otros países?

-El tema ovni despierta un interés parejo en Occidente. Pero sí es cierto que Chile muestra un interés mayor al promedio. En términos de literatura, y si hacemos un paralelo con su población, la cantidad de libros de ovnis que se han publicado en Chile es altísima, solo superada en el ámbito hispanoparlante por España, México, Argentina y Colombia, que son todos países que a lo menos duplican la población de Chile. 

La prensa chilena también se ocupó desde temprano de los discos volantes. En todo el mundo el tema de los discos voladores primero, ovnis más tarde, generó mucho interés. 

Pero el hecho de que en un rastreo de los medios escritos haya sido posible encontrar 233 casos de humanoides habla mucho de cuán interesados están los chilenos por el tema, independiente de que en los últimos años ese interés haya decaído un poco.

-¿Cómo ve la reacción de los medios de comunicación sobre este tema?

-Ahora último la prensa se ha alejado del tema, si comparamos la cantidad de noticias que aparecían en los 60 y 70 del siglo XX. Es normal, en Alemania pasa algo muy parecido, el tema mismo ha perdido fuerza. Pero independiente de eso, en general los medios de comunicación se muestran receptivos y son ellos los que, finalmente, permiten que los casos se hagan conocidos. 

Por ejemplo, la foto del ET del Parque Forestal o los presuntos extraterrestres de Las Piñas, en Angol (año 2001), tuvieron amplia difusión en la prensa nacional e internacional. 

Lo mismo con “Toy”, un monito del monte encontrado en octubre de 2002. Lo curioso es que hay otros casos igual de espectaculares a los que nadie les dio mucha importancia, como un cadáver hallado en 2012 en Fresia que parecía un “gris” y que guardaron en un frasco. 

La foto es extraordinariamente llamativa, pero el caso no prendió.

-Finalmente, ¿cree que habrá un contacto masivo entre humanos de la Tierra y probables habitantes de otros mundos?

-Esa es la pregunta del millón de euros. Yo creo que nadie duda que el universo es un lugar donde la vida no es un fenómeno aislado. Eso es una cosa. Otra distinta es que haya seres inteligentes que puedan viajar por el espacio y que quieran visitarnos. 

Si el universo está lleno de vida, no veo por qué los extraterrestres tendrían que interesarse tanto en nosotros. Pero sí, ojalá alguna vez hubiera un contacto verificado y masivo entre eventuales seres del espacio y nosotros, aunque fuera a través de mensajes radioastronómicos. Espero no morir sin haber presenciado esa, que sería la mayor noticia de la historia de la humanidad.

Nota: Por el momento “Encuentros con Extraterrestres en Chile: 1927-2017” solo se encuentra disponible a través del sitio web “Mercado Libre” (En el extranjero: por medio de Amazon y Lulu.com), pero su autor se encuentra estudiando una futura venta en las librerías nacionales.

 Fuente: https://www.guioteca.com


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