Cuando se trata del futuro de la exploración espacial, se están investigando varias tecnologías nuevas. Las más importantes son las nuevas formas de propulsión que podrán equilibrar la eficiencia del combustible con el poder.
La prueba fue la culminación de más de cinco años de investigación con el objetivo de reducir los tiempos de viaje y la cantidad de combustible necesario para grandes misiones espaciales.
El mecanismo, tildado del "motor imposible" por sus propiedades que ni los científicos logran definir completamente, batió un récord de empuje nunca antes conseguido por un propulsor Hall, logrando 5,4 newtons de fuerza en comparación con el antiguo récord de 3,3 newtons.
También mejoró de manera notable la intensidad de corriente eléctrica (250 amperes frente 112) y ligeramente la potencia (102 kilovatios frente a 98).
Aquí es donde entran en juego motores como el propulsor X3 de efecto Hall.
Este propulsor, que está siendo desarrollado por el Centro de Investigación Glenn de la Nasa junto con la Fuerza Aérea de EE UU y la Universidad de Michigan, es un modelo a escala de los tipos de propulsores utilizados por la nave espacial Dawn.
El proyecto está financiado por Next Space Technologies for Exploration Partnership de la Nasa (Next-STEP), que respalda no solo los sistemas de propulsión sino también los sistemas de hábitat y la fabricación en el espacio.
Esta actualización ha sido posible gracias a la inyección de un millón de dólares de subvención de EE UU, contribución en parte de la Oficina de Investigación Científica dela Fuerza Aérea , con el apoyo adicional proporcionado por el Jet Propulsion Laboratory y la Universidad de Michigan.
Este motor X3 funciona al convertir pequeñas cantidades de propulsor (generalmente gases inertes como el xenón) en plasma cargado con campos eléctricos, que luego se acelera muy rápidamente utilizando un campo magnético. En comparación con los cohetes químicos, pueden alcanzar velocidades máximas utilizando una pequeña fracción de su combustible.
Pero probar este tipo de motores en la Tierra no es nada sencillo, ya que se necesita una cámara de vacío con la suficiente capacidad para instalar el motor. Posteriormente es necesario extraer todo el aire de la cámara, proceso que dura cerca de 20 horas.
A comienzos de 2018 el equipo prevé realizar más pruebas en el laboratorio de Gallimore utilizando una cámara de vacío mejorada.
Fuente: actualidadaeroespacial.com/
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