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Otra mirada sobre el origen de los OVNIS


 Edwin León  paranormal@cronica.com.ar

 MEN IN BLACK    .-     Todos hemos oído hablar alguna vez de los famosos ovnis. Incluso hasta algunos de nosotros hemos llegado a ver objetos que cuadran perfectamente con la descripción de objetos voladores no identificados. O bien hemos oído relatos de amigos, familiares o conocidos que en algún momento vieron algo en el cielo que no encajaba con lo que convencionalmente sabemos que puede desplazarse por el cielo, como un avión o un helicóptero. Pero ¿qué son y de dónde provienen los ovnis? Bueno, la respuesta no es sencilla; de hecho, si lo supiéramos, a estos objetos no se los llamaría ovnis. Y la razón es que los relatos y las explicaciones que abundan son tan variadas y aparentemente tan disparatadas que creer en una sola versión sería poner en riesgo la objetividad de nuestra visión del mundo. Por esta razón, les pediré a los lectores mantener una mente abierta a las posibilidades de lo que este fenómeno podría realmente ser. Recordemos las sabias palabras de uno de los hombres más iluminados de la historia, Sócrates, cuando planteó “Solo sé que no sé nada”. Hace no menos de seiscientos años se creía que la Tierra, además de ser el centro del Universo, era una suerte de superficie plana cuyo borde precipitaría a los barcos hacia un vacío desconocido. Y hace menos de doscientos años la idea de volar era tan solo una fantasía, tal como lo es actualmente la idea de viajar a otros planetas o sistemas estelares.

Retornando a las versiones de lo que podría ser un ovni, les paso a brindar una selección muy personal de lo que,según mi criterio, serían las posibilidades más factibles de lo que podrían realmente ser los ovnis. Para esto nos basaremos en relatos, en la mitología y en algunos hechos concretos.

¿Origen nazi?

La primera versión de la que hablaremos es aquella que plantea que los ovnis, o por lo menos gran parte de ellos, son una elaboración humana que se empezó a desarrollar a partir de la Segunda Guerra Mundial por parte de los nazis. Esto está bien documentado y existen numerosos reportes y documentales con videos y descripciones de la tecnología que estaban desarrollando los nazis. Ustedes pensarán que todo esto terminó con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, pero al parecer no fue así. Existió algo llamado Operación Paperclip: al finalizar aquella sangrienta conflagración, muchos de los mejores científicos nazis fueron empleados por el gobierno y las agencias de Estados Unidos, en lo que constituiría una continuidad del desarrollo tecnológico en el que los nazis estaban trabajando bajo la batuta de Adolfo Hitler. Ahora bien, si esto es así, ¿por qué no ha sido divulgado públicamente? Bueno, eso es tema para otra columna, pero por ahora me atrevería a especular que hay muchas cosas que los gobiernos, especialmente las potencias, no desean que las personas del común, como ustedes y yo, conozcamos. Incluso se habla de que este fenómeno no es más que un sofisma de distracción para mantenernos desatentos, especulando, y sobre todo, asustados.

El mundo intraterrenal.

La segunda versión tiene que ver con la posibilidadde que existen civilizaciones avanzadas que habitan el interior de nuestra Tierra desde tiempos remotos y que según algunos investigadores, como Hwee Yong Jang, serían los vestigios de civilizaciones antiguas cuyo desarrollo tecnológico aún sería superior al que comúnmente conocemos hoy en día. Esta idea ha sido difundida al mundo por autores como la teósofa y ocultista rusa Helena Blavatsky, los escritores Edgar Allan Poe y H. P. Lovecraft, entre otros. Sin embargo, no existe en la actualidad ninguna prueba concreta difundida sobre la existencia de tales ciudades intraterrestres o de sus habitantes. Pero ¿significa esto que no existen?

Algunos son del más allá.

Otra versión de los hechos es que los ovnis son naves de transporte espacial de seres que vienen de otros mundos, ya sea de otras dimensiones espacio-temporales o de otros planetas, tanto de nuestro sistema solar como de otras estrellas o galaxias. Tiene sentido pensar esto si recordamos la inmensidad de nuestro Universo y la magnitud de posibilidades de desarrollo tecnológico que algunas civilizaciones habrían podido alcanzar después de miles y millones de años de avances en la carrera espacial. Solo imaginen cómo sería nuestra tecnología en unos cien mil años o en un millón de años, si nuestra civilización continuara trabajando en su actual desarrollo tecnológico sin interrupciones cataclísmicas.

Teniendo en cuenta que nuestra ciencia moderna convencional ha descubierto estos lugares tan remotos en los últimos siglos gracias a adelantos tecnológicos como los telescopios, cómo es posible que civilizaciones tan antiguas ya hayan tenido este conocimiento y con detalles de precisión que asombrarían a los más incrédulos. Es evidente que estamos rodeados por un gran misterio y, entre más respuestas tengamos, más preguntas surgirán. Por eso mi consejo es mantener una mente abierta y curiosa, desafiante de las ideas que construyen nuestro paradigma y desafiante incluso de lo que nosotros mismos damos por sentado. Vivimos en un mundo en el que, evidentemente, la realidad supera la ficción.


Potenciales conjeturas: La pregunta del millón.

Si las naves extraterrestres que a veces se ven en nuestros cielos provienen de otros mundos, ¿cuáles serían esos mundos? Esta es la pregunta del millón. Pues bien, teniendo en cuenta que el espacio de este artículo no puede ocupar el diario entero, tendremos que resumir, y bastante. Según las evidencias encontradas en diversas fuentes como lo son las pirámides de Egipto, la antigua Sumeria y Babilonia (actual Irak y Medio Oriente), textos y lugares sagrados de los mayas, los aztecas, los incas, los dogones de África, los nativos americanos y los hindúes con sus templos y textos védicos, solo por mencionar algunos, se evidencia el conocimiento y la posible relación directa con seres provenientes de lugares tales como la estrella Sirio en la constelación de Canis Major, la constelación de Orión –la misma de las tres Marías, que de hecho son las estrellas Alnilak, Alnitam y Miltaka– o el cinturón de Orión. También se habla de las Pléyades y de Alfa Centauri, lo que tendría sentido si consideramos que es la estrella más cercana a nuestro Sol, a solo 4,3 años luz de distancia, seguida por Sirio a unos 8,6 años luz. ¿Coincidencia?

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